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sábado, 8 de abril de 2017

Realce la Decoración con Obras de Pintores Famosos: Una Joven Leyendo

Una Joven Leyendo
Pierre-Auguste Renoir

Pierre-Auguste Renoir; Limoges, Alto Vienne; 25 de febrero de 1841-Cagnes-sur-Mer, Alpes Marítimos; 3 de diciembre de 1919) fue un pintor francés impresionista, que en la segunda parte de su carrera se interesó por la pintura de cuerpos femeninos en paisajes, inspirados a menudo en pinturas clásicas renacentistas y barrocas.

Renoir ofrece una interpretación más sensual del impresionismo, más inclinada a lo ornamental y a la belleza. No suele incidir en lo más áspero de la vida moderna, como a veces hicieron Manet o Van Gogh. 

Mantuvo siempre un pie en la tradición; se puso en relación con los pintores del siglo XVIII que mostraban la sociedad galante del Rococó, como Watteau. 

En sus creaciones muestra la alegría de vivir, incluso cuando los protagonistas son trabajadores. Siempre son personajes que se divierten, en una naturaleza agradable. 

Cuadros de Renoir en las paredes de su casa realzarán en grado alto la decoración otorgando elegancia, admiración y alegría.

miércoles, 29 de marzo de 2017

Realce la Decoración con Obras de Pintores Famosos: Las Meninas


No hay mejor forma de realzar la decoración de las paredes de las habitaciones de la casa, que colocar en ellas obras de pintores famosos.

Las Meninas,  o La familia de Felipe IV, es un cuadro  que se considera como la obra maestra del pintor del siglo de oro español Diego Velázquez. 

Acabado en 1656, es una pintura realizada al óleo sobre un lienzo de grandes dimensiones formado por tres bandas de tela cosidas verticalmente, donde las figuras situadas en primer plano se representan a tamaño natural.

El tema central es el retrato de la infanta Margarita de Austria, colocada en primer plano, rodeada por sus sirvientes, «las meninas», aunque la pintura representa también otros personajes. En el lado izquierdo se observa parte de un gran lienzo, y detrás de éste el propio Velázquez se autorretrata trabajando en él. 

El artista resolvió con gran habilidad todos los problemas de composición del espacio, gracias al dominio que tenía del color y a la gran facilidad para caracterizar a los personajes. 

El punto de fuga de la composición se encuentra cerca del personaje que aparece al fondo abriendo una puerta, donde la colocación de un foco de luz demuestra, de nuevo, la maestría del pintor, que consigue hacer recorrer la vista de los espectadores por toda su representación.

Un espejo colocado al fondo refleja las imágenes del rey Felipe IV y su esposa Mariana de Austria, medio del que se valió el pintor para dar a conocer ingeniosamente lo que estaba pintando.